Existe un debate acerca de si las medidas adoptadas por el Gobierno de España en auxilio de la hostelería, turismo y comercio son suficientes para aliviar a estos sectores, o se quedan muy cortas. Todo análisis debe de partir de una “limpieza de los datos”, que permita verificar que son correctos. Vamos a aplicarnos brevemente a ello en esta cuestión.
Las medidas tributarias previstas en el “Plan de refuerzo a la hostelería, el turismo y el comercio” suponen, según el Gobierno de España, un gasto de 2.809 millones de euros, de los que 2.668 millones se corresponden con el coste de la carencia de intereses durante tres meses para los aplazamientos de deudas tributarias cuyo plazo de presentación e ingreso finalice en el mes de abril de 2021. ¿Es eso posible? Como el tipo de interés de los aplazamientos tributarios es del 3% anual, tras una sencilla operación aritmética uno concluye apresuradamente que la previsión del gobierno es que los atribulados empresarios de esos sectores solicitarán en ese mes aplazamientos de impuestos por importe de 355.733 millones de euros. Pero esta cifra es un 67% superior al total de los ingresos tributarios del ejercicio 2019 de la Hacienda Pública estatal, por todos los conceptos. Descartamos por absurda esta hipótesis, y avanzamos hasta la página 16 del “Plan de refuerzo” en la que nos advierte el Gobierno que “el importe potencialmente aplazado ascendería a unos 2.668M€”.
Se nos dice por tanto que el importe de los impuestos que se espera sean aplazados coincide con el coste estimado de la medida. Es muy extraño, para ello sería necesario que el tipo de interés aplicado durante el período de tres meses no exonerado fuera del 400% anual. Afortunadamente, no es esa la situación. ¿Entonces cuál sería realmente el coste de la medida? Redondeando, 20 millones de euros: 2668M de euros al 3% de interés y entre cuatro (un trimestre de aplazamiento). En conclusión, la dotación presupuestaria real es 133 veces inferior a la difundida urbi et orbi. Además, se trata en realidad de un coste de oportunidad: dejar de cobrar no es lo mismo que pagar.
Es imposible un debate racional sobre la base de datos tan groseramente desviados de la realidad. Ahora bien, que la medida estrella del “Plan de refuerzo” sea tan escuálida, induce a pensar que sus efectos serán prácticamente imperceptibles para hosteleros y comerciantes, quienes por otra parte no deben olvidar que en enero les toca afrontar el pago de los impuestos devengados en este nefasto cuarto trimestre. Mucho ánimo para ellos, tengan presente que no hay mal que cien años dure (aunque tampoco cuerpo que lo resista).
