BIG DATA Y EL FIN DEL FRAUDE FISCAL

BIG DATA Y EL FIN DEL FRAUDE FISCAL

BIG DATA Y EL FIN DEL FRAUDE FISCAL 664 346 Espacio Económico

La Agencia Tributaria española reúne anualmente una media de 25.000 datos nuevos de cada uno de los 71 millones de contribuyentes que controla (sociedades y personas físicas, españolas y extranjeras), con 75 tipos de relaciones entre ellos, lo que supone un total de 15 trillones de datos. Un trillón es un millón de billones: un uno seguido de 18 ceros.
Sobre esto nos advertía el exdirector del Área Informática de la Agencia Tributaria en la impactante ponencia que impartió en el IV Congreso del Centro de Innovación de Despachos Profesionales. Una vez repuestos del susto, se nos ocurre plantearnos qué se puede hacer con semejante empacho de terabytes. Pues mucho.
Veamos un ejemplo ilustrativo de las posibilidades que se abren para la Inspección de Tributos en la era del Big Data. Es razonable pensar que el número de comentarios publicado en redes sociales por los usuarios de un restaurante guarda una cierta relación con el número de comensales que lo visita, para una categoría determinada de establecimiento y una ubicación concreta. Por otra parte, de estos comentarios se pueden extraer pistas del precio del servicio, gama de producto, mayor o menor tráfico de clientes por horas y días de la semana, etc. Volcando todos estos datos en un software de inteligencia artificial convenientemente entrenado, se puede predecir un intervalo “razonable” de la facturación de ese negocio.
El sistema SII y la previsible extensión a toda España del sistema Ticket Bai (que obliga a los empresarios a enviar las facturas emitidas de forma directa a la Hacienda Foral de cada provincia del País Vasco) son anticipos de los que se nos viene encima a toda velocidad: la conexión en tiempo real del software de facturación de todas las empresas con la Agencia Tributaria. Una comunicación máquina a máquina, sin intermediarios y prácticamente en tiempo real (se acabará el llevar papelitos o enviar archivos digitales a la asesoría).
Sumemos a todo esto la extensión de la red 5G y la subsiguiente conexión de millones de nuevos dispositivos, que multiplicarán los datos disponibles hasta lo inimaginable.  De ser cierta la Ley de Moore, que así lo predice, la capacidad de procesamiento de los ordenadores seguirá duplicándose cada dos años (a la espera de los ordenadores cuánticos). El panorama que se dibuja para aquellos que han optado por deambular “en el lado salvaje” del cumplimiento de sus obligaciones tributarias se nos antoja funesto.
Quienes tristemente ya no podemos ni siquiera peinar canas, recordamos uno de los lemas de las campañas del Impuesto sobre la Renta de los años 80 del pasado siglo, con los que el Ministerio de Hacienda trataba de promover el cumplimiento voluntario de los contribuyentes: “Hacienda, cada vez más cerca”. No podíamos imaginar por entonces hasta qué extremos orwellianos se cumpliría este pronóstico.

 Domingo Lozano

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